viernes, 21 de junio de 2013

Solsticio

Es viernes, nueve y cuarto de la noche más corta y aún es de día. Salgo del gimnasio. El barrio está tranquilo, se nota que este fin de semana tiene un día más. De vuelta a casa, serena, alegre y satisfecha intento cazar la mirada de algún motorista que me cruzo por el camino. Demasiado furtiva, casi insignificante.

Sopla un poco de viento que me hace cerrar los ojos mientras camino. Y me recreo con la sensación agradable de mi cuerpo cansado después del ejercicio. Y mi pelo mojado me refresca las ideas.

Murmullo en las terrazas. Algún petardo solitario seguido de jolgorio adolescente. Pero todo tranquilo, como yo, como mi manera de ver ahora, en este momento la realidad que me rodea. Llego a casa y empieza a brotar mi creatividad con más o menos acierto.

Es viernes, a nuestra espalda una semana que ya no volverá. Ante nosotros un fin de semana veraniego que nos brinda la oportunidad que nos da el tiempo libre y a nuestra disposición.

¿Qué otra cosa podemos hacer a parte de disfrutarlo? Es mi propósito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario