miércoles, 14 de mayo de 2014

Crispación y hartazgo

Hay temporadas en las que decido conscientemente no estar informada, no escuchar la radio ni ver las noticias. Aún así, mi tendencia a estar conectada con las redes sociales de manera diaria, hace que inevitablemente esté al día de lo que se cuece. Y casi siempre de manera inmediata.

En mi cabeza llevaba días pensando algún tema interesante del que hablar. Hace más de un mes que el Mundo Canica permanece en un letargo... Astenia primaveral, le llaman...

Hoy el detonante que ha hecho que decida escribir una entrada al blog ha sido un vídeo que he visto en Facebook. Lo he visto y se me han puesto los pelos de punta. Y la verdad, prefiero que se me sigan poniendo los pelos de punta, porque significará que no estoy inmune a actitudes desagradables, innecesarias que últimamente son habituales. Adjunto el enlace a continuación:


Como psicóloga entiendo la agresividad como parte del ser humano. La tendencia a realizar conductas con la intención de dañar al otro es algo real, innegable, por mucho que me resista a naturalizarlo. Pero me siento indignada y apenada porque esta agresividad se traduce en conductas violentas con una facilidad pasmosa. 

Parece que cualquier ocasión favorece, justifica la violencia. La ignorancia, las ganas de no querer entender, el miedo a tener que tolerar al que es diferente y un sinfín de motivos pueden llevar a que actuemos de forma violenta. 

Con toda la situación global y social actual, los ciudadanos, las personas, estamos "calentitas". Uno puede hartarse de las mentiras, las corrupciones y luchas de poder, y sobretodo las faltas de respeto. Me gustaría añadir que los medios de comunicación hacen una labor importante de difusión y tratamiento de la violencia de una manera que en ocasiones me parece banal y morbosa. 

Y se me remueve el alma y el estómago, cuando se nos priva de la posibilidad de queja, se nos cortan las alas y la voz. Y la única respuesta es el silencio, el golpe en la mesa, las balas de goma o los proyectos de ley. ¿Tantos años presumiendo que el ser humano es el único animal racional gracias al desarrollo, entre otras cosas, del lenguaje? ¿Para qué? ¿Qué sabemos del diálogo? Parece que bien poco. Ahora nadie confía en el poder de la palabra. Nadie cree a nadie. Y es triste...

Me gustaría pensar que todavía podemos responder sin utilizar la violencia. Estoy cansada de escuchar y ver reacciones que hieren, que matan, que humillan. Creo que no es necesario.

Hoy las vísceras han ganado la partida. No es una entrada amable, lo sé. Pero es que estoy un poco crispada y harta.