jueves, 6 de octubre de 2016

Colapso

Ayer, Mónica López nos anunciaba en La 1 que iban a haber tormentas en Catalunya.
Poco se ha equivocado la mujer del tiempo. Aún así, parece que el chaparrón nos ha pillado desprevenidos.
Personalmente, estaba en casa cuando ha empezado a caer el diluvio universal y me he podido provisionar del Kit de Lluvia: bambas, paraguas grande y chubasquero.
Pero la ciudad no hace esa previsión. En mi calle, las luces y los semáforos se han apagado de golpe. Los coches circulaban a trompicones. Y los peatones resignados a coger el metro, iban con cara de malas pulgas hacia el andén.
Una vez dentro, nos amontonábamos esperando la llegada del tren. Llega. Lleno. Abrimos. Apretujamos. Consigo entrar mientras una choni de barrio me increpa por mi osadía. Como si no tuviera derecho a propinarle un empujoncito de acompañamiento al Sr. situado en la puerta. Empiezo a sudar. "Overbooking, overbooking" lamenta un caballero. Cojo aire hasta la siguiente parada. En la siguiente parada nos estamos más de 10 minutos estacionados. El tren no se mueve. La gente se desespera. Respiro...
Y esto ocurre cada vez que llueve o cae tormenta.
Mis compañeros que han cogido el coche han sufrido caravanas y pitotes varios.
Me cuesta entender el porqué cuando llueve (y más sabiendo que lo haría) una ciudad como Barcelona se colapsa. No es un ciclón, no ha nevado, no ha venido un huracán. Simplemente ha caído una tormenta. De repente. Pero ya estábamos advertidos. Al menos los fans de Mónica López.